5° Semana del Tiempo de Pascua "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,1-12)

18.05.2014 08:41


Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino." Tomás le dice: "Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le responde: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre."

Palabra del Señor

Reflexion 

En un mundo donde el hombre se aferra a esta vida y predica el mito de la eterna juventud, nos ha llamado profundamente la atención, aunque se han hecho valoraciones de todos los gustos, un Papa que no ha escondido su debilidad y que ha aceptado, desde su fe, la enfermedad y la muerte.

Y es que Jesús mismo nos dice:"Yo me voy al Padre", "me voy a prepararos un sitio", "volveré y os llevaré conmigo".

Nuestra vida no está encerrada entre las cuatro paredes de este mundo, está abierta a la eternidad.

El cristiano sabe que, en este mundo, es un peregrino y que el camino a recorrer es el mismo Jesús.

El es la Verdad, la seguridad de ir en buena dirección, que no es otra que llegar a la Vida, El mismo.

Sólo en la casa del Padre hay Vida con mayúscula.

Tomado de 

 

Jesús repite: "¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí?... Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí". Y de esta manera, Jesús revela su propia identidad: él es el Hijo, posee la misma naturaleza divina que el Padre, es de la misma sustancia que el Padre. El Hijo no es el Padre, ni el Padre es el Hijo: son dos personas distintas; pero Dios es uno solo. Por tanto, dirigiendome al Hijo, es decir, a Cristo -que es el Hijo encarnado y hecho hombre-, yo encuentro al mismo Dios que dirigiendome al Padre. Es más, Jesús es el único acceso al Padre, según su declaración: "Nadie va al Padre sino por mí".

Así podemos comprender la hermosa sentencia de Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". El es el Camino porque une en su persona a Dios y el hombre. El tomó al hombre y lo devolvió a Dios, no por un camino material, sino uniendolo a Dios en sí mismo, en la unidad de su persona: se hizo él mismo hombre sin dejar de ser Dios. En Cristo uno de nosotros, los hombres, ha entrado ya en la Trinidad. A través de Cristo, todos tenemos que llegar allí, pues allí está nuestra meta y nuestra morada eterna.

Tomado de