Domingo 1º de Cuaresma - Ciclo A
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.»
Pero él le contestó, diciendo: «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."»
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito:
"Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."»
Jesús le dijo: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."»
Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Palabra del Señor
Reflexion
La tentación que sufre el mismo Jesús es reflejo de nuestras tentaciones. Y también, antes, es reflejo y síntesis de las tentaciones del primer hombre Adán y de todo el pueblo de Israel. Ellos sucumbieron a las tentaciones. En cambio, Jesús, el nuevo Adán (el nuevo Hombre, la nueva Humanidad), salió victorioso de todas las tentaciones. Y consiguió para toda la humanidad una redención espléndida y copiosa. Cuanto más se multiplicó el pecado, más abundó la gracia (Rom 5, 20)
- Las tres tentaciones que sufrió Jesús son las típicas de cualquier persona y más, de aquel que quiere seguir a Jesús con toda entrega.
- También nosotros nos dejamos arrastrar por esas tentaciones: tener (poseer) en vez del ser; placer (corrupción, injusticia, la vida fácil...) y poder (dominio de los demás).
¿Cuáles son mis tentaciones más fuertes: dinero, ambición vanidad, soberbia, sensualidad, insensibilidad ante el dolor ajeno? ¿Qué hago por superarlas y enfrentar otros valores según el Evangelio? ¿La Palabra de Dios está en mi corazón y en mi boca?
- La súplica más humilde y confiada es la que nos enseñó el mismo Jesús: No nos dejes caer en tentación.
- Dale gracias a Jesús porque Él es nuestra fuerza para vencer cualquier tentación.
- Ábrete a confiar totalmente en Él. Pues, la pero tentación es el no confiar en Él.
Tomado de Autor: P. Martin Irure | Fuente: Catholic.net https://es.catholic.net/aprendeaorar/688/2883/articulo.php?id=48071